martes, 29 de mayo de 2012

VENUS


No es posible amar a una mujer
si no estamos seguros que es un desnudo de Botticelli,
y ella cuando se desnuda es un desnudo de Botticelli,
lo juro sobre la piedra sin pájaro,
sobre los libros impresos en papel biblia.

Ella surgió de la espuma del mar
desde una gran concha de madreperla
como la más bella de la diosas,
y los céfiros, suavemente, la depositaron en la Isla,
donde las estaciones coronadas de oro
la esperaban impacientes de alegría
y la vistieron con su traje de tul inacabable
y le adornaron los rubios cabellos con violetas,
para presentarla en el Olimpo,
ante la asamblea de los dioses.

Desde entonces la deseo como la desean los dioses del Olimpo.
Pero yo la poseo en mi lecho.
Yo la penetro como se penetra a una diosa,
sólo como se penetra a una diosa.

Ella abre sus piernas como abre sus piernas una diosa
para que yo la penetre y la penetre sólo como se penetra a una diosa.

La penetro y todo lo real es fantástico
y todo lo ficticio quimérico.

a Cecilia

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