Cuando el silencio dirige las últimas maniobras de la tarde
tu presencia es necesaria como el sol para la tierra.
Por eso a los territorios reservados para las ceremonias
más íntimas, llevaré una mariposa, un vocablo otoñal,
la palabra que pronuncia tu nombre.
Segundo
Fue una noche donde el silencio impuso su maestría
sobre la palabra, fue una noche de pudores y de alas,
de valles y llanuras, de regiones húmedas, de ensangrentada luna.
Tercero
Poseerte no es la altura, es lo alto, no es lo alto, es la cima.
Poseerte no es la tierra, es el cielo y el mar,
no es el cielo ni el mar, es el azul del cielo y el azul del mar.
a Perla