Los poderosos de siempre alistan sus ejércitos a la luz del
día, los vemos en las pantallas de los televisores.
No es que regresan: nunca se han marchado. Estaban
descansando de sus fatigas, después de arrojar miles de cuerpos vivos al río
color de león.
Son los mismos de siempre que ostentan sus haciendas de oro y
sus granos de oro y sus licores y sus mieles y sus sales y sus mujeres de oro.
Ellos también
arrojaron toneladas de bombas sobre plazas públicas. Ellos también tripularon aviones con bandidos y duquesas y frailes
negros, que venían por los cielos a matar niños, aquí también la sangre de los
niños corría por las calles como sangre de niños…simplemente como sangre de
niños…
Será por eso que el piso de piedra palpita nuevamente sobre
el fango.
Será por eso que Dios está nuevamente ausente.
Te nombro porque nunca deje de nombrarte.
Victorio Veronese, agosto 2013
Fuente de la imagen: http://archivo.lavoz.com.ar/nota.asp?nota_id=576484